Inevitablemente como toda persona tengo mis propias opiniones sobre lo acontecido en la sociedad, momento y circunstancias que vivimos. Pero por norma general no suelo mostrar por las redes mi descontento con los políticos corruptos, las injusticias en formas de leyes o el incontrolable número de conflictos. Sin embargo, genocidios como los que se están desarrollando en Gaza, el infierno que está padeciendo Libia o la incomprensible locura que se está viviendo en Ucrania, entre otros muchas zonas en guerra, me parece tan preocupante como para dedicarle un pequeño espacio en mi mundo, a pesar de saber que no voy a conseguir absolutamente nada con ello.
No soy capaz de entender ¿Cómo hemos podido llegar a vivir, algunos sobrevivir, en un mundo en el que los derechos humanos, esos que nos hacen iguales a todos como personas, se pueden lapidar a golpe de bombas y tiros por unos soberbios avariciosos de poder?
[youtube=http://www.youtube.com/watch?v=raBrg0izO6w]
Cuyas decisiones afectan irreversiblemente a miles de civiles despojándolos de sus vidas:
[youtube=http://www.youtube.com/watch?v=hq6bPm_2tEk]
Además de a los propios militares que son meros peones en un juego que ni ellos entienden las reglas:
[youtube=http://www.youtube.com/watch?v=uNxaOhr_sc0]
Dicen que en el amor y la guerra todo vale, pero me niego a creer que en el mundo en el que la sociedad evolucionó hasta abolir la esclavitud y dar voz y voto a la mujer; en el que supuestamente el hombre pisó la Luna; y se han erradicado enfermedades que sentenciaban a la raza humana, no podamos llegar a vivir en paz:
[youtube=http://www.youtube.com/watch?v=q9vAUUZ00gs]
Lamentablemente, por mucho que nos echemos a la calle para mostrar nuestra desconformidad y ansias por que estas masacres terminen, la frase «¡Alto el fuego!» no nos corresponde a nosotros decirla.
Supongo que tú serás de esos afortunados que la semana que viene podrás volver a leerme.
PD: Qué fácil es relativizar tus problemas cuando te da por mirar un poco más allá de tu ombligo, aunque es más cómodo agachar la cabeza y seguir lamentándose por esos quebraderos de cabeza que nos quitan el sueño, que no son pocos ni poco importantes ni mucho menos, lo sé demasiado bien últimamente.