Acabo de hacer un taller intensivo de «Metodología de acción para un teatro interactivo y de improvisación», el teatro es mi otra gran pasión. Y una de las cosas con las que me quedo de esta grata experiencia es la manera en la que se agudiza la creatividad. Un ejemplo de la potencia de nuestra imaginación en momentos «limite»: en un ejercicio el monitor le indicaba a una persona lo que tenía que representar y otra persona debía salir voluntariamente a hacer otro rol compatible, así que cuando un compañero salió haciendo de timbre encabronado porque no dejaban de sobarle a mí no se me ocurre otra cosa que salir como felpudo que se quejaba más porque le pisaban, jamás pensé en un felpudo de esa manera y menos ser uno.
Después de estos dos intensivos días me he empezado a cuestionar mi inevitable manía de tenerlo todo organizado y bien atado. Así que ¿por qué no extrapolar esa idea a la publicidad? siempre se ha dicho que en el mundo de la comunicación hasta las bromas están en un guión y qué decir de la publicidad, pero creo que he encontrado unos buenos ejemplos que analizar:
Publicidad nada improvisada: un efecto mariposa no sólo no tiene cabida para la improvisación sino que está todo medido.
http://www.youtube.com/watch?v=_ve4M4UsJQo
Publicidad supuestamente improvisada: por no poder controlar la reacción de la gente, aunque el estímulo está muy estudiado para conseguir la respuesta que se busca.
http://www.youtube.com/watch?v=1nBH60ockic
Publicidad improvisada: un simple atril y la gente da lo mejor de ella.
http://www.youtube.com/watch?v=RwEYYI-AGWs&ob=av3e
¿Cuál os gusta más? yo, sinceramente, no puedo decantarme por ninguno de los tres anuncios. Son tres productos, tres técnicas diferentes y me transmiten tres emociones diferentes, quizá puedo deducir que el último caso es más emotivo. Ya me diréis que os parece.
Nos leemos.
Nuky