La belleza de los errores

Tanto si eres católico como si crees en las reencarnaciones o en cualquier otro Dios supremo eres consciente de que quien nos hizo se dejó cosas por pulir, por eso los humanos cometemos errores y tenemos defectos de serie. Muchos de esos fallos se convierten en manías, algo que se repite de manera inconsciente y que para el que tienes al lado a veces es insoportable.

Existen manías de todo tipo: te pueden costar la salud; algunas hacen que se avergüencen de ti; y otras pueden que te obsesiones demasiado con algo difícil de conseguir, como puede ser la belleza perfecta. Aunque hay que reconocer que a veces es la presión social la que hace que seas así de maleducado. En otras ocasiones es el ritmo de vida el que te hace tomarte la vida con tanta prisa. Sea como sea la diferencia de tener manías con ser mala persona es que lo haces sin pretender hacer daño a nadie, aunque a veces se te vaya un poco de las manos.

Aunque hay un libro que asegura que las mujeres somos de Venus y los hombres de Martes, desde mi experiencia vivida puedo decir que soy una terrícola imperfecta. Empezando por mi fuerte carácter, que a veces me hace perder los nervios, hasta mi necesidad de controlar todo lo que pueda para que salga lo mejor posible, por lo que hago mil listas. Como le podrían decir a un alcohólico: el primer paso es reconocer el problema porque nunca es tarde para solucionarlo. Así que es eso estoy, intentado pulir esos detalles que pueden molestar, pero sin renunciar a la esencia que me hace ser la Nuky única que, por suerte, mucha gente aprecia.

Nos leemos.

Nuky

Reflexión: Una cruz la forman dos palos.