Si no es la primera vez que me lees por aquí o me has visto por mis redes sociales, sabes que soy un rabo de lagartija y me encanta hacer muchas cosas y estar en todo lo que me dejen. Y eso fue lo que pasó, que en el Club de Marketing de Castilla y León propuse hacer un podcast, Y, oye, que, aunque parecía misión imposible, me han dejado.
Ya de pequeñita jugaba a grabar programas de radio en un casete metiendo las canciones del momento: «La soledad» de Laura Pausini, «Historias de amor» de OBK, «Piensa en mí» de Luz Casal, «No dudaría» Antonio Flores o, incluso, «Cuidado con Paloma» de Emilio Aragón (mi crush de infancia). Os recuerdo que era hija única, con una gran vida interior y un gusto musical muy variopinto.
Luego jugueteé en mi época universitaria con las ondas con diversos resultados: en publicidad gané varios premios por algunas cuñas, mientras que en comunicación me suspendieron. Una disléxica no se lleva bien con la lectura rápida, pero sí para tener buenas ideas.
Ahora el formato del podcast se ha puesto de moda y es una obligación para cualquier merketero experimentar con todas las herramientas que se le pongan delante. Así que aquí estamos.
Sí, no es el de «Estirando el chicle» ni el de «Por si las voces vuelven», pero es «casa». Sí, «casa», como cuando de pequeño te refugiabas para que no te pillaran. Y es que si algo tiene el marketing es que a veces sientes que las tendencias, los datos y los clientes te persiguen y necesitas un lugar donde coger aire.
Que mis pinitos en la universidad eran mejorables, por supuesto, pero que me lo he pasado como una enana recordando esos momentos, pues también.
Nos escuchamos. ¡Adiós, adiós!
En esta vida es mejor pedir perdón que permiso 🙏, aunque, en esta ocasión, solo tuve que sugerir la idea 💡 de poner en marcha un podcast 🎙️ en el @clubmarketingcyl y no necesité más.
