En España somos más de Reyes Magos que de Papá Noel y por eso me gusta tanto la víspera del Día de Reyes. Da igual la edad que tengas, siempre te sientes como un niño: la magia se apodera de nuestras mentes; repasas uno a uno cada regalo que pediste; y hasta te cuesta pegar ojo. Y a la mañana siguiente… ¡REGALOS!: la última tecnología, te han vestido de pies a cabeza con las tendencias más elegantes, ese perfume que te encanta, o simplemente te conformes con ver una sonrisa en los demás.
Quizá no te han traído lo que querías, puede que te toque esperar un poco a que llegue la suerte porque la petición era algo complicada, pero no olvides que lo que de verdad importa es la intención. Pero siempre nos quedará el Roscón de Reyes como consolación, incluso el carbón dulce es todo un manjar.
Y con esta última celebración llegamos al final de las fiestas navideñas, que según como se mire puede llegar a ser un alivio.
Nos leemos!!