La competencia, gracias a ella existe un mercado con oferta y demanda, ya que si sólo hubiera una empresa de cada bien y servicio nos estaríamos enfrentando a un monopolio, donde podrían hacer lo que quisieran con los precios. En España estamos muy poco acostumbrados a ver comparaciones directas entre marcas, ya que dentro de nuestro código civil se contempla como competencia desleal, siendo ésta: “prácticas en teoría contrarias a los usos honestos en materia de industria y de comercio. Se refiere a todas aquellas actividades de dudosa honestidad que puede realizar un fabricante o vendedor para aumentar su cuota de mercado o para eliminar competencia“. Una de esas prácticas es la llamada denigración: “difundir información falsa sobre los productos de los competidores, o publicar comparativas no relevantes. Según el país la protección contra esta figura es mayor o menor“. Estados Unidos utiliza mucho este recursos para vender sus productos y sacarle más ventajas con respecto a sus competidores.
Hay un nicho de mercado muy agresivo con esta práctica: las bebidas. Se compite por el qué beber, por lo que una bebida con más de 7.000 años de historia como la cerveza se las ve y se las desea para superar al joven refresco, que tiene sólo un siglo de vida. Al principio de los tiempos la cerveza se basó siempre en comunicar atributos funcionales y racionales de producto, calidad, sabor, tipología, cuerpo, formulación ,etc.. un mundo muy rancio, poco ilusionante y muy varonil. aseptico, con falta de emotividad y escasa conexión con el consumidor. Entonces llegaron los refrescos, como un producto único, que nos hablaba de atributos racionales, pero muy cercanos a los beneficios emocionales: Refrescar -> Ilusionar, Endulzar -> Diversión, Hidratar -> Bienestar, etc.. Pero entonces la cerveza tomo nota y creó un universo emocional que establece una actitud adulta: propone la amistad, el compartir, crea redes sociales físicas. Así que ahora nos encontramos a que los dulces refrescos han descendido de un 80% al 65% de la demanda en el mercado y la variedad de cervezas (sin alcohol, light, poca graduación, mucha graduación, suaves, fuertes, con limón, con naranja, etc) el 25% restante ganado terreno paulatinamente.
Retomando el tema de la competencia y siguiendo con los refrescos hay una guerra encarnizada entre las dos grandes marcas del sector, siendo Pepsi la más violenta. Puede que gracias a estas medidas Pepsi se consuma mucho más que la Coca-cola en América, aunque poco a poco está escalando posiciones en otros lugares y por eso cada vez escuchamos más eso de: “Es Pepsi, ¿Te importa?”
Nos leemos.